Hoy día todo el mundo va hablando de hidromasaje, muchos lo tienen en su casa, pero tanto en el mercado como en los medios de comunicación poco se conoce sobre los productos con hidromasaje, baño turco, sauna, etc., el uso correcto de sus aplicaciones, sus indicaciones terapéuticas eventuales y contraindicaciones, así como sobre las razones que vinculan estos productos al concepto de bienestar.
Jacuzzi® quiere promover la cultura del hidromasaje en general, de la sauna y del baño turco mediante una campaña “educativa” sobre los productos Jacuzzi®.
En esta óptica ha desarrollado “La nueva forma del bienestar”, un proyecto de comunicación científica y de divulgación sobre la hidroterapia en general, y en especial sobre el hidromasaje, la sauna, el baño turco, la ducha; en colaboración con la Asociación Europea de Medicina del Bienestar (A.E.Me.B), en las personas del Prof. Umberto Solimene, Presidente de la Asociación y Catedrático de Terapia Médica y Medicina Termal en la Universidad de Milán y del Prof. Arsenio Veicsteinas Vice Presidente de la A.E.Me.B y Decano de la Facultad de Ciencias Motoras en la Universidad de Milán.
Además el Prof. Solimene y el Prof. Veicsteinas forman parte del Advisory Board Jacuzzi® Europe Spa, que se encargará del desarrollo de las actividades de comunicación relativas al proyecto bienestar.
El hidromasaje se define como terapia “crenoterápica externa” (o sea que pone en contacto el cuerpo con una sustancia para la terapia, en nuestro caso el agua). Se realiza mediante unos específicos chorros de agua que van saliendo a determinadas presiones. Los chorros están orientados en dirección centrípeta, o sea desde la planta del pie hasta el tórax, para favorecer el retorno de la sangre. La terapia dura unos 15 minutos, luego se deja que el paciente descanse otros quince.
Dicha posición central de los chorros de agua en términos terapéuticos explica porque su orientación es uno de los fundamentos del hidromasaje según Jacuzzi®. De hecho, las bañeras y los spas se proyectan con especial cuidado por la ubicación de los jets que nunca debe ser casual, sino estudiada expresamente junto con la ergonomía interna de las formas, precisamente para optimizar los efectos de la acción hidroterápica (jets pies, jets cadera, jets dorsales).
Fruto de una esmerada investigación es también el diseño de la bañera, elemento fundamental de un buen hidromasaje. Más profunda que las bañeras tradicionales, con fondo y lados ergonómicos para poder acoger cualquier complexión, la bañera de hidromasaje Jacuzzi® está proyectada para consentir la más correcta postura del cuerpo sumergido y la mejor circulación del agua.
LAS BOQUILLAS JACUZZI®
Las boquillas Jacuzzi® liberan una mezcla perfecta de agua y aire, en sinergia con la bomba de hidromasaje. La tecnología Jacuzzi® aprovecha el efecto Venturi: en un fluido al aumentar la velocidad disminuye su presión de forma proporcional.
Por consiguiente, estrechando el conducto del agua, la velocidad del líquido aumenta y la disminución de presión consiente su mezcla perfecta con el aire. Los chorros que se producen alcanzan el cuerpo en la dirección más correcta para poder realizar un masaje profundo pero nunca violento. Finalmente, para personalizar el tratamiento, las boquillas Jacuzzi® son orientables 30° en cualquier dirección.
ACCIONES FÍSICAS Y QUÍMICAS DE LA BALNEOTERAPIA: PROPIEDADES TERAPÉUTICAS Y BIENESTAR DE LA PERSONA
ACCIONES FÍSICAS Y QUÍMICAS DE LA BALNEOTERAPIA: PROPIEDADES TERAPÉUTICAS Y BIENESTAR DE LA PERSONA
El baño con hidromasaje puede ser total o parcial. En los centros terapéuticos especializados se utilizan aguas naturalmente minerales (termales) y artificialmente medicinales (por adición de sales y aceites) a temperaturas y presiones variables. En las soluciones producidas por Jacuzzi® se emplea el agua natural de la red.
La presión del agua tiende a vaciar las venas y a activar la circulación periférica. Por tanto es fundamental la correcta proyectación de los jets. Para garantizar el máximo beneficio, el jet debe poseer dos importantes características:
Debe estar inclinado 30° a nivel de la cadera y de los muslos para consentir el correcto masaje del cuerpo, suave, profundo, benéfico y, como todos los masajes naturales, realizado desde la periferia hacia el corazón. Si los chorros fueran perpendiculares, podrían resultar demasiados enérgicos sobre el cuerpo;
Debe ser orientable, es decir que tiene que asegurar la máxima personalización del hidromasaje.
LA TEMPERATURA
La capacidad de aliviar el dolor parece ser una propiedad específica del calor. Probablemente es causada por la hiperemia, que mejora la estasis vascular (disminución de la velocidad de circulación). Algunos autores hasta han supuesto que pueda inhibir las vías sensoriales actuando a través de las terminaciones nerviosas térmicas de la piel. Además el agua caliente puede incrementar el riego sanguíneo y favorecer la relajación muscular.
La temperatura del agua por encima de la corporal (37°C) se reconoce como caliente; por encima de 40°C se considera muy caliente, mientras que por encima de 46°C no se puede aguantar por más de unos pocos segundos. Un baño caliente con hidromasaje al principio tiene un efecto eufórico pero luego puede resultar especialmente “estresante” para el cuerpo. Puesto que los baños con hidromasaje se utilizan principalmente como medio para eliminar el estrés, es fundamental el control de la temperatura del agua en relación con la duración del baño.
LAS REACCIONES DEL CUERPO
A cada tratamiento corresponde siempre un resultado. En este caso se habla, precisamente, de “reacciones” del cuerpo o de sus partes a las varias terapias efectuadas con el hidromasaje. Las reacciones asociadas al baño en agua, y en especial al hidromasaje, se clasifican como primarias y secundarias. La reacción primaria depende principalmente de las características del tratamiento (agua caliente o fría; hidromasaje) y de la naturaleza de la propia agua (agua termal con particulares iones disueltos). En cambio la reacción secundaria es en función de las condiciones de quien se somete al tratamiento de algunas patologías, preminentemente de tipo inflamatorio.
PROPIEDADES TERAPÉUTICAS
El hidromasaje produce efectos significativos en el tratamiento de las patologías causadas por la mala circulación de la sangre en las piernas (varices, secuelas de la safenectomía, síndrome postflebítico); pero también en caso de osteoartrosis, reumatismo inflamatorio crónico y extraarticular, secuelas de traumatismos o intervenciones quirúrgicas, edemas. La balneoterapia, en especial mediante los hidromasajes, resulta útil en la curación de las flebopatías. Los baños con hidromasaje constituyen un remedio excelente para los reumatismos crónicos y las fibromialgias en general. La indicación vale también para la bronquitis crónica, la nefritis, la dismenorrea, los trastornos gastrointestinales y como medida paliativa en caso de cálculos biliares y cólico renal.
Las propiedades terapéuticas del agua caliente de los spas valen para cualquier complexión, talla y grado de estrés. Los spas pueden acoger a más personas y por tanto cumplir distintas exigencias. Algunos necesitan un chorro vigoroso para aflojar los nudos de la masa muscular. Otros simplemente una cuna de agua caliente y lenitiva, que revitaliza la mente y relaja el cuerpo.
Por tanto un spa con hidromasaje debe ofrecer los jets del tamaño más correcto para cada haz muscular y de la intensidad más idónea. Todos los jets Jacuzzi® PowerPro® instalados en los spas Jacuzzi® (para uso doméstico interior y exterior) han sido proyectados para dirigir con precisión el flujo de agua. La presión del flujo de agua se puede transferir de uno a otro asiento y los jets de hidromasaje se pueden activar o desactivar con independencia por cada asiento.
Los jets de los spas Jacuzzi® están proyectados con un movimiento exterior/interior. En cambio el chorro de agua rotatorio reproduce el movimiento circular o la acción de frotamiento de la mano sobre determinadas zonas de la espalda.
OTROS EFECTOS TERAPÉUTICOS
El estímulo de la piel con baños calientes e hidromasaje produce hipertermia y vasodilatación. A éstas se asocia el aumento de la circulación linfática con la activación de particulares células y anticuerpos que consienten eliminar el humor de las articulaciones o del tejido fibroso, actuando como antígenos o estimulantes de la actividad enzimática.
Al fin y al cabo, dado que en general en las bañeras de hidromasaje la absorción cutánea de sales minerales es irrelevante, los efectos terapéuticos del baño y del hidromasaje por inmersión dependen íntegramente de la acción mecánica y térmica del agua sobre la piel.
En función de la temperatura utilizada, los efectos pueden ser:
Piel: moderado aumento de la temperatura cutánea con vasodilación e incremento de la actividad de las glándulas sudoríparas y sebáceas.
Circulación: el aumento moderado de la temperatura del agua relaja todo el aparato vascular superficial.
Respiración: En general el aumento de la temperatura favorece la función respiratoria.
Musculatura: un baño caliente con hidromasaje reduce la excitabilidad muscular y la capacidad de trabajo. Aplicaciones muy breves de baños calientes tienen un efecto revitalizante después de un ejercicio muscular intenso.
Sistema nervioso: los baños a una temperatura de 37°C primero tienen un efecto eufórico y luego depresivo.
Sangre: se reduce el número de glóbulos rojos, tal vez a causa de su detención en las vísceras y se registra la disminución proporcional de la hemoglobina.
EJERCICIOS TERAPÉUTICOS
Cuando el baño es por inmersión “profunda”, el agua, por sus características físicas, sostiene las extremidades y permite movimientos que de otra manera no se podrían ejecutar. Este resultado es especialmente provechoso en los entumecimientos artro-musculares y en algunas formas de artritis.
Los ejercicios en la bañera de hidromasaje con agua caliente desempeñan un papel importante en la balneoterapia. De hecho constituye un tratamiento importante para muchos pacientes con dolor neuropático y músculo-esquelético. El calor y el empuje del agua pueden bloquear el dolor nociceptivo actuando sobre los receptores térmicos y los mecanorreceptores, así influyendo en los mecanismos de transmisión en la médula espinal.
El empuje del agua puede aliviar el dolor, reduciendo el edema periférico y atenuando la actividad del sistema nervioso simpático. El baño en agua sin ejercicio se ha utilizado a menudo en la medicina alternativa como terapia en las enfermedades crónicas. Como ya se ha dicho, es una forma muy difusa de tratar todo tipo de artritis en muchos países europeos, así como en Israel y Japón.
CONTRAINDICACIONES
Al igual que para todos los demás tipos de curas externas, el hidromasaje está contraindicado en caso de tumores malignos, durante el embarazo y la lactancia, pero también en las patologías en fase aguda. Se desaconseja en la tuberculosis en fase exudativa, la insuficiencia respiratoria aguda y la crónica grave. Por lo que respecta a las enfermedades dermatológicas, es mejor no practicarlo ante ampollas o formas pustulosas. Finalmente, desde el punto de vista cardiocirculatorio, no es posible efectuarlo si se padece tromboflebitis, hipertensión grave o cardiopatía isquémica. También hay que tener en cuenta que se pueden presentar reacciones secundarias como, por ejemplo, el estrés térmico inducido por la elevada temperatura del baño o los cambios a cargo de los aparatos cardiocirculatorio y respiratorio. En todo caso, ante patologías o déficits es buena norma consultar siempre con el propio médico de confianza.
Con el término “sauna”, en ámbito médico, en general se entiende la sauna finlandesa: un cuarto revestido con madera, con bancos también de madera y un calefactor radiante que mantiene la temperatura del ambiente entre 70 y 100° C (la temperatura media usualmente es de 80-90° C). El vapor se produce echando agua sobre unas piedras calientes. Generalmente se produce vapor para crear una humedad de 50-60 g H2O vapor/M3. La duración del tratamiento standard de una sauna finlandesa es de 5-20 minutos, seguida de un baño frío (o ducha) y un periodo de recuperación a temperatura ambiente antes de volver a entrar en la misma sauna. En una sola sesión este proceso se repite dos-tres veces.
Una variante puede ser la sauna con calor seco: fundamentalmente el procedimiento es el mismo de la sauna finlandesa con vapor, la diferencia estriba sólo en que este último falta. Las saunas por infrarrojos aprovechan un sistema de calefacción distinto para conseguir las mismas temperaturas de las saunas con calor radiante.
ACCIONES FÍSICO-QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS DE LA SAUNA
Las saunas producen el denominado estrés térmico. El sistema cardiovascular responde al estrés térmico aumentando la frecuencia cardiaca que, en reposo, puede duplicar con un aumento de hasta un 70% de gasto cardiaco. Además conlleva alrededor del 40% de reducción de la resistencia, lo que incrementa la circulación periférica. El aumento del flujo sanguíneo en la periferia induce un mayor flujo sanguíneo general, que consiente el ulterior intercambio de calor a través de la piel (diaforesis) y por consiguiente la reducción del flujo de sangre a nivel muscular, renal y en las vísceras. Con la reducción de la resistencia periférica, la presión arterial diastólica disminuye, mientras que la presión sistólica queda invariada por toda la duración de la sesión en la sauna. El gasto metabólico y de oxígeno aumenta, con un efecto similar a un moderado ejercicio físico. Para contribuir a compensar el estrés térmico se produce la activación del sistema nervioso simpático y del eje hipotálamo-hipófisis-glándula suprarrenal. El aumento de las beta-endorfinas (opiáceos naturales que el cerebro produce), se supone que es la causa, en cambio, del efecto analgésico (antidolorífico) de la sauna y parcialmente también del placer de quien se somete a este tratamiento particular. También se produce relajación muscular asociada al aumento de las propiedades elásticas del tejido conectivo, ligamentoso y articular, lo que aporta la reducción del dolor.
USO EN LA TERAPIA FÍSICA Y COMO PREVENCIÓN
Algunos estudios han documentado la eficacia de la terapia mediante la sauna para las personas con hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca congestiva y en el tratamiento postinfarto de miocardio. Pueden beneficiarse también las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (BPCO), fatiga crónica, dolor crónico. La evidencia existente soporta el uso de las saunas como terapia depurativa y hay numerosos protocolos para las enfermedades debidas a causas medioambientales. En general la terapia con la sauna parece segura y ofrece múltiples beneficios también para la salud de las personas sanas.
EFECTOS FISIOLÓGICOS DE LA SAUNA
EFECTO |
VARIACIÓN FISIOLÓGICA |
Temperatura cutánea |
Hasta 40°C en pocos minutos |
Temperatura rectal |
Aproximadamente 0.2°C a 72°C después de 15 minutos
Aproximadamente 0.4°C a 92°C después de 20 minutos
Aproximadamente 1.0°C a 80°C después de 30 minutos
|
Transpiración |
Medianamente entre 0,3 y 0,5 litros |
Flujo hemático cutáneo |
Aumenta de 0,5 a 5 litros/minuto |
Flujo hemático renal y vísceras abdominales |
Se reduce de 0,2 a 0,4 litros/minuto y 0,6 litros/minuto respectivamente |
Flujo hemático en los músculos |
Sustancialmente invariado |
Latidos del corazón |
Del valor de reposo usual (60-75 latidos/min) hasta 100 latidos/min en sujetos bien aclimatados a la sauna; hasta 150 latidos/min para los demás, en función de la duración de la estancia en la sauna y la temperatura (efecto proporcional). |
Gasto cardíaco (volumen de sangre expulsada por el corazón en un minuto) |
Del valor en reposo usual de 5-6 litros/minuto hasta 9–10 l/min |
Presión arterial sistólica (máx.) |
Invariada, o aumentada o disminuida hasta 25 mmHg (respuesta variable según sujeto). Posible descenso súbito en la presión después de la sauna en sujetos con problemas en el control de la presión (desmayo) |
Presión arterial diastólica (mín.) |
Invariada, o aumentada o disminuida hasta 35 mmHg (respuesta variable según sujeto). |
CONTRAINDICACIONES
A causa de la alta temperatura, la sauna está contraindicada si se tienen varices, fragilidad capilar, trombosis venosa, y se desaconseja en caso de cuperosis y rosácea.
El baño turco consiste en un baño de vapor seco y se diferencia de la sauna porque precisa una habitación saturada de aire caliente a 40-50°C con el 100% de humedad. El vapor se puede combinar también con la cromoterapia o la música y enriquecer con sustancias aromáticas como los aceites esenciales, conforme a los principios de la aromaterapia.
ACCIONES FÍSICO-QUÍMICAS DEL BAÑO TURCO
La acción simultánea del vapor y del calor controlado mejora el riego sanguíneo y linfático favoreciendo la expulsión de las toxinas mediante la transpiración. La característica fundamental del baño turco es la relajación de los tejidos del cuerpo, que acelera la circulación de la sangre mejorando su oxigenación. Esto supone inevitablemente la revitalización de cada extremidad corporal. Cada sentido se aviva, las secreciones de las mucosas aumentan y, en breve, todas las funciones del cuerpo, comprendidas las del aparato respiratorio, hepática, renal e intestinal, alcanzan su máximo. La piel es el órgano más activo para la respiración: durante el baño turco llega a adquirir una natural tonalidad rosada, que indica la mejor condición general. De hecho este tipo de baño abre todos los poros de la piel consintiendo la perfecta depuración del cuerpo.
ACCIONES FISIOLÓGICAS SOBRE LOS VARIOS ÓRGANOS Y APARATOS DEL ORGANISMO
Numerosos autores han estudiado qué efectos tiene el baño turco sobre cada aparato. En especial se ha detectado que:
gracias a la mejor circulación causada por el calor, aumenta la eliminación de sustancias nocivas para el cuerpo.
la subida de la temperatura corporal tiene efectos positivos en el sistema nervioso central y periférico, garantizando relax y relajación muscular.
se nota la influencia sobre la frecuencia cardíaca y respiratoria.
se notan cambios en la composición de la orina.
varía la composición del sudor.
se notan variaciones en la presión arterial sistémica.
Es la combinación de la temperatura elevada con el alto porcentaje de humedad, que alcanza un 90-100%, que produce el efecto benéfico. La temperatura va reduciéndose de arriba abajo: a nivel de la cabeza roza los 40° o 50°, para luego bajar, a nivel de los pies, hasta los 20°. Por tanto no nos encontramos con lo que podría ser un simple tratamiento estético, sino ante una auténtica terapia que se puede utilizar no sólo para mejorar el aspecto estético, sino también, y sobre todo, para aportar beneficios en algunas patologías muy difusas. Los Romanos habían perfeccionado este tipo de terapia, con numerosas etapas: al principio el tepidarium que era el cuarto del aire tibio con una temperatura de entre 30° y 35°C; posteriormente se pasaba al calidarium, la habitación con aire muy caliente y temperatura de entre 40° y 45°C; luego se alcanzaba el laconicum, donde el aire circulante era seco y a altísima temperatura de entre 55° y 75°C; por último se llegaba al frigidarium, la habitación fría.
LA AROMATERAPIA POTENCIA LOS BENEFICIOS DEL BAÑO TURCO
La aromaterapia nace del estudio científico de las hierbas y de las técnicas milenarias de tratar el cuerpo con aceites aromáticos, fragancias que a través del olfato influyen positivamente en el cuerpo y la psique. Los primeros en ensalzar sus beneficios fueron Teofrasto, discípulo de Platón, y Plinio el Viejo, en su "Naturalis Historiae". Sin embargo la ciencia oficial empezó a hablar de aromaterapia sólo a principios del siglo pasado. La palabra fue acuñada en 1928 por Renè Maurice Gattefossé, químico e investigador que trabajó en la industria del perfume.
Es difícil distinguir entre los efectos físicos y psíquicos de los aceites esenciales, porque su efecto benéfico es total. Su acción nunca se limita a un sólo órgano, sino que se extiende a la entera unidad psicosomática. Cualquier tratamiento aromaterápico aporta energía al organismo. Se trata de moléculas reactivas, que no sólo pueden actuar sobre los microorganismos patógenos y las funciones celulares, sino que también son un vehículo de informaciones y a menudo lo hacen a nivel de los receptores hormonales y de los neurotransmisores. A través del olfato llegan a influir significa y positivamente en la esfera psicoemocional: el perfume de los aceites esenciales aporta sensación de bienestar, mejora la calidad de vida y armoniza nuestro estado emocional.
La investigación farmacológica está poniendo de manifiesto la eficacia antimicrobiana y terapéutica de muchos de estos compuestos, mientras que en el sector del bienestar y estético se van empleando cada vez más en la elaboración de cosméticos naturales y en los tratamientos más eficaces para la higiene y el cuidado corporal: masajes aromáticos, baños, sauna, perfumes, cosmética aromática, son sólo algunos de sus usos posibles.
Entre las varias propiedades de los aceites esenciales cabe recordar que son relajantes o tonificantes del sistema nervioso, antiespásticos y antienvejecimiento, estimulantes del deseo sexual. Los aceites esenciales también pueden representar una ayuda natural y de fácil manejo para el autotratamiento de pequeños trastornos.
En resumen, la aromaterapia se puede usar en el tratamiento de los problemas psicosomáticos y estéticos, para potenciar los recursos mentales y emocionales, despertar la creatividad y para su aplicación en las curas holísticas y las terapias psico-corporales.
CONTRAINDICACIONES
Claramente el paso repentino del calor al frío al que está uno sometido puede resultar perjudicial para algunos sujetos. Así que rigen las mismas reglas facilitadas con anterioridad para el hidromasaje y la crenoterapia en general. Básicamente se desaconseja el tratamiento a las personas que padecen trastornos cardiovasculares o en el control de la presión arterial, a los individuos afectados por asma o enfermedades renales (glomerulonefritis, insuficiencia renal crónica de grado médico o elevado).
La ducha es una técnica crenoterapéutica externa todavía poco conocida, pese a que se le reconocen algunas ventajas fisiológicas y distintos métodos de aplicación. Se puede practicar tanto con agua de red como termal, combinando en este último caso las ventajas de la técnica utilizada con las particulares cualidades del medio. Al igual que para otras clases de tratamientos, se puede efectuar a diferentes temperaturas (calientes o frías), o con temperatura alterna y distinta presión de agua. Puede tomarse en todo el cuerpo, lo que garantiza una acción de estimulación general del organismo o bien localmente, lo que aporta su eficacia directamente a la zona tratada. Otras variantes son la duración de la exposición, el tipo de chorro, la temperatura del agua y la presión del chorro.
Su acción principal involucra el aparato cardiocirculatorio y el sistema nervioso. En muchos países se han demostrado útiles como terapias coadyuvantes en el tratamiento de las alteraciones psíquicas y de los trastornos del humor (tratamiento de los factores ansiógenos y depresivos) y para las finalidades de la medicina estética, en especial por lo que concierne a la celulitis y otras formas de alteración.
El chorro de agua proporciona una estimulación nerviosa que influye no sólo en los tejidos superficiales, sino también en los tejidos y órganos más profundos.
TIPOS DE DUCHAS
Las duchas se subdividen en calientes y frías, ducha escocesa y a temperatura alterna.
En función del tipo de chorro, hay una amplia gama de duchas (chorro único, con efecto lluvia, chorro horizontal), entre las cuales cabe mencionar las duchas filiformes, caracterizadas por la emisión de un chorro de agua “en forma de hilo perpendicular”, de aproximadamente un milímetro de diámetro. Esta clase de ducha, especialmente idónea para el tratamiento de las enfermedades de la piel, también se utiliza por su capacidad “abrasiva”, muy útil para el acné.
Finalmente, el método empleado permite clasificar las duchas también en función del órgano tratado, por lo cual se subdividen en duchas cutáneas, hepáticas y epigástricas, perineales y plantares.
Ducha filiforme - La tipología de ducha más utilizada en Italia es la denominada filiforme. Consiste en la aplicación de un chorro de agua perpendicular a la piel con temperatura de más de 35° C, cuyo diámetro es de algunos milímetros y presión de entre 3 y 10 atmósferas.
Ducha escocesa - La ducha escocesa (o ducha alternante) es un tipo de tratamiento que aprovecha con fines terapéuticos el rápido cambio de temperatura del agua, en general y alternadamente de 26°C a 40°C. La duración de cada aplicación es de unos tres minutos, pero puede variar en función de los parámetros físicos de la persona y de la temperatura. El grado de calor y frío que se utiliza depende de lo que uno aguanta.
Para sacar el máximo partido a la ducha escocesa, lo mejor es tomarla muy de mañana, recién despertados, en cambio está contraindicada durante la digestión y para las personas que padecen trastornos del corazón.
La ducha escocesa tiene al mismo tiempo un efecto relajante y sedante, con una acción estimulante sobre los tejidos que favorece la circulación, mantiene la elasticidad de la piel y ayuda a combatir la celulitis.
TIPOS DE CHORROS Y SU USO
Hay chorros que se pueden dirigir a distintas zonas del cuerpo, para el tratamiento de patologías específicas:
Chorro de belleza o de la cara: Reafirma la piel, refresca y contribuye a mejorar la saludable circulación cutánea de la cara. Se aconseja en caso de ojos cansados, con tendencia a la congestión, fatiga mental, dolor de cabeza, acné.
Chorro de los brazos: Desempeña una acción revitalizante y refrescante sobre la circulación y el sistema nervioso. Se aconseja en caso de fatiga física y mental, dolor de cabeza, mareo, tendosinovitis, insuficiencia cardíaca.
Chorro del tórax: El chorro de los brazos se puede extender al tórax, así que se potencia su acción. Se aconseja en caso de baja presión. El chorro frío del tórax reafirma los tejidos conectivos del pecho y el cutis del escote gracias a su acción estimulante de la circulación.
Chorro de las rodillas: El chorro de las rodillas actúa activamente sobre la circulación de la pantorrilla y estimula los órganos del bajo vientre. Tonifica y robustece las venas, concilia el sueño y baja la presión, fortalece los órganos de la cadera y por tanto es especialmente aconsejable en caso de varices e insuficiencia venosa, insomnio, jaqueca e hipertensión.
Chorro de los muslos: El chorro de los muslos es el proseguimiento y la ampliación del chorro de las rodillas, alcanza las caderas y se aconseja también en caso de celulitis y hemorroides.
Chorro alternado integral: El entero cuerpo es alcanzado alternadamente por chorros de agua caliente y fría. Este tratamiento ejerce una acción estimulante y favorece la circulación, fortalece el entero organismo y estimula el sistema cardiovascular, el metabolismo y la respiración.
Chorro de la nuca caliente: Relaja los músculos, favorece la circulación, dilata los vasos sanguíneos y es especialmente idóneo en caso de tensión, tortícolis, jaqueca y tinnitus (acúfenos o silbidos en el oído). Al final se aconseja acostarse una hora.
Chorro lumbar caliente: Especialmente adecuado en caso de tensiones y dolores a nivel de la columna lumbar, lumbago y reumatismos. Sin embargo se desaconseja en caso de procesos inflamatorios agudos.
CONTRAINDICACIONES
Vale lo indicado para el hidromasaje. Se desaconseja en caso de procesos inflamatorios agudos y, especialmente la ducha escocesa, durante la digestión y a las personas cardiopáticas.